La conclusión de Carmenta

Rapto de las sabinas, por Francisco Pradilla | Dominio Público



«Y en otra guerra contra los filisteos, que se libró también en Gob, Eljanán1↓ hijo de Jaaré-oregim de Beth-lehem, mató a Goliat de Gat, cuya lanza pesaba lo que un rodillo de telar.»

Samuel 21 19



  Confió entonces a Antípater una teoría histórica muy poco ortodoxa: en Israel, los antiguos reyes y caudillos gobernaban de acuerdo con la línea femenina, es decir, por matrimonio con la propietaria hereditaria del suelo. Adán por su unión con Eva; Abraham por su matrimonio con Sara, Agar y Ketura; Isaac por su matrimonio con Rebeca; Jacob por su matrimonio con Lea, Raquel, Bila y Zilpa; José por su matrimonio con Asenat; Caleb por su matrimonio con Efrat y Azuba; Hur por su matrimonio con Miriam; David por su unión con Abigaíl de Carmelo y Michal de Hebrón (hija menor del primer rey de Israel, Saúl, primera esposa de David, que asimismo será rey de Israel); y todos los reyes subsiguientes de la línea de David por su matrimonio con una descendiente por la línea materna de Michal. Y dijo también a Antípater que, al concluir la monarquía, la línea femenina de Michal sería acrecentada por la casa de Eli, la línea principal de sacerdotes descendientes de Aarón, a quienes se consideraba Herederos de David, o herederos reales.

  Concluyó solemnemente:
  −Príncipe, lo que no he dicho a tu padre Herodes es lo siguiente: ningún rey tendrá verdaderos títulos para gobernar en Israel si no es un calebita y, además, si no se casa con la heredera de Michal; y que esa heredera debe ser la ultimogénita y no la primogénita, es decir, que se trata siempre de la hija menor y no de la mayor.

  Al principio Antípater demostró incredulidad. Objetó:
  −Ni las Escrituras ni el Comentario dicen una palabra acerca de esta teoría.
  −Excepto a quienes pueden leer entre líneas.
  −Me parece una idea extraña y poco probable.
  −Sabes que en Egipto, por ejemplo, el faraón siempre se casa con su hermana.
  −Sí, pero jamás me he preocupado por inquirir el por qué.
  −Porque la propiedad de la tierra pasa de madre a hija. Lo mismo ocurría antes en Creta, Chipre y Grecia. Y también en Roma bajo los Césares.
  −Nada sé de Creta, Chipre ni la antigua Grecia; pero ciertamente no ocurriría así en Roma, según la historia que he estudiado en la escuela.
  −El objeto de las historias escolares en todas partes es alabar la gloria de las instituciones existentes y borrar la memoria de las demás. Pero te demostraré lo que quiero decir. ¿Recuerdas la historia de la expulsión de la monarquía de los Tarquinos y la creación de la República Romana por Lucio Bruto? ¿No te pidió tu mentor que compusieses un discurso sobre el tema cuando estudiabas oratoria latina?
  −Sí a todos los estudiantes se les pedía esa tarea. Déjame pensar. A Tarquino el Primero le sucedió un tal Tulio, ¿verdad?, que se había casado con una de sus dos hermanas, aunque Tarquino tenía un hermano mayor, Tarquino el Soberbio…
  −Entonces, ¿por qué Tarquino el Soberbio no sucedió inmediatamente a Tarquino el Primero? Simplemente porque el título se transmitía por línea femenina, y no masculina. El rey era el hombre que se casaba con la hija menor de su predecesor; y como el matrimonio con una hermana, permitido en Egipto, era considerado incestuoso en Roma, habitualmente el hijo del rey se casaba con una princesa extranjera y decía adiós a su tierra natal. El caso de Tarquino el Soberbio es insólito. Llegó finalmente al trono en virtud de su matrimonio con Tulia, hija de Tulio.
  −Los historiadores dicen que Tarquino el Soberbio consideraba un usurpador a Tulio.
  −Es natural, y tampoco es notable que Tarquino el Soberbio matara a Tulio con la ayuda de Tulia. Al contrario: todos los reyes del estilo antiguo esperaban que el yerno los matara cuando expiraba su tiempo de mandato. Pero, por un accidente infortunado, Tulia quedó deshonrada por la sangre de su padre y se retiró a la vida privada. De este modo, Tarquino perdió su título al trono, que sólo podía renovarse por matrimonio con la próxima heredera, es decir, Lucrecia2↓, esposa de su primo Colatino, que descendía de una hermana de la esposa del rey Numa. A Tarquino no le atraía la belleza sino el título de Lucrecia; aparte de su hermana Tarquinia, que era la madre de Lucio Bruto y había pasado la época de tener hijos, y de Tulia, caída en el deshonor, Lucrecia era la única heredera sobreviviente de la antigua casa real de Carmenta3↓. Tarquino raptó a Lucrecia y la obligó a ser su esposa, pero ella se suicidó para vengarse. Y así, ni Colatino ni Tarquino, tenían títulos para el trono, y la monarquía se extinguió, porque Tarquino no tenía hijos, y ni Bruto ni Colatino tenían hermanas. Tarquino fue luego expulsado por su pueblo enfurecido, y Bruto y Colatino gobernaron conjuntamente Roma; Bruto como hijo de Tarquinia, y Colatino como hijo de Egeria, que descendía de una hermana del rey Numa, de su mismo nombre. Pero no podían llamarse reyes porque les faltaba el título necesario; por eso se llamaron cónsules, o consultantes. Lucrecia, cuando se suicidó, mató algo más que una mujer, mató a Carmenta.
  −¿Carmenta?


Fragmento de la novela Rey Jesús (1946) del autor británico asentado en España, Robert Graves (Yo, Claudio, 1934, y Claudio, el dios, y su esposa Mesalina, 1935).


1↑ Elhanan, de la casa de Jesse (Isaí) en Belén. Rey-David en el Reino Unido de Israel. Reino dividido en Samaria y Judea a la muerte de Sulayman, hijo de Elhanan, ungido Māšîaḥ (o David) por Saúl para suceder a Samuel (casa de Leví) como comandante de los ejércitos. Rey tras unirse en matrimonio con la ultimogénita de Saúl (casa de Saúl que unifica los doce linajes o tribus).

2↑ Lucrecia, patricia de la casa de los Lucrecios, emparentados directamente con Rómulo (primer rey de Roma), víctima de violación por los Tarquinos (perpetrada por el hijo de Tarquino el Soberbio, Sexto Tarquino), linaje etrusco. Violación que origina el cambio de ciclo según la reordenación de los textos imperiales (leyenda sobre el origen de la República adaptada por Tito Livio), así como de las funciones políticas, militares y religiosas (separándolas en ausencia de divinas majestades) a partir del siglo II a. C. en adelante, punto de máximo apogeo y mayor fusión de culturas bajo el emperador italicense Marco Trajano, fundador de la gens Ulpia. Protagonismo de la mujer y presencia de agresión sexual de manera análoga al episodio fundacional de Roma del rapto de las sabinas.

Origen de la República Romana, por Casto Plasencia | Dominio Público

3↑ Carmenta, deidad del la mitología romana, náyade helena, procedente de Arcadia y establecida en el Pallatium, cerro inicial de Roma. Diosa vinculada al parto y al alumbramiento del alfabeto latino. «No seré obtenida por alguien malo» concluye la inscripción Duenos datada en el siglo VI a. C., literalmente «Bueno» en el latín arcaico de influencia sabina. Sabinos con quienes se alternaban los latinos en los primeros reinados. La invención del reino de colinas unidas de Roma con una loba amamantando a Rómulo y Remo concuerda con la fábula de Caín y Abel en el génesis de la mitología hebrea con el Pentateuco de Moisés (o Akenatón desde la óptica egipcia), compuesto entre el siglo VII y el siglo V a. C. por la fuente sacerdotal afanada en la adición o sustracción de material a lo largo de los siglos. Relatos fantásticos a partir de la nada como el rapto de las sabinas, la violación de Lucrecia y muerte de Carmenta, o la batalla de Jericó.