Oportunidades y vulnerables

[Y les dice a los discípulos de los fariseos junto con los herodianos:]
+¿De quién es esta imagen y la inscripción?
[Dícenle:]
–Del César.
[Entonces les dice:]
+Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios.

Mt 22 20-21

Las catástrofes, periódicas e inherentes a la acción del hombre, causan grave daño y destrucción en el menguante censo planetario. No obstante, en la circunscripción humana propician el clima de apabullamiento ideal para el oportunismo. No es de extrañar el trompeteo de limosnas de los Amancio Ortega, Florentino Pérez o Mark Zuckerberg, cuyas manos izquierdas saben perfectamente lo que hacen las derechas: campañas de marketing. Las crisis apareadas a la enfermedad capitalista, como las relacionadas con cracs y burbujas financieras, conflictos de abastecimiento energético o déficits de respuesta económica, sanitaria, moral, etc., sin ser homogéneas en el globo, están cada vez más próximas en el tiempo, por el ritmo de innovación tecnológica y también por el de calentamiento terráqueo. Asimismo, terminan otorgando al sector financiero más peso en la economía. En términos continuos, desde los tiempos de la fraudulenta emisión de papel moneda por el Banque Royale integrado en la Compañía francesa de las Indias (sin correspondencia con el efectivo en metal) que engullía los ingresos del I Marqués de la Ensenada para fortalecer la alianza borbónica entre Francia y España, el porcentaje sobre PIB del gremio comisionista crece en proporción a la ficción monetaria y al aumento de deuda global.

  Los débitos abultados son revisados regularmente, mediante declaraciones de deudas odiosas o amnistías generalizadas cuando así lo convienen las partes directa o indirectamente acreedoras, como con el «olvido perpetuo» concerniente a la Paz de Westfalia para el nuevo orden europeo, la condonación de los aliados a la naciente República Federal Alemana o la exención anglosajona a Iraq para su eventual ordeño. O también a través de revueltas por insostenibilidad de la posición deudora, como con la revolución francesa, la mexicana o la propia Segunda Guerra Mundial. Postergaciones como las contranaturalmente aplacadas primaveras mediterráneas (con fluidos prohibidos en las guerras empleados para disolver las protestas ciudadanas, siendo líder en defensa integral la industria de la teocracia sionista desembarazada de los acuerdos armamentísticos químico, biológico y nuclear), confirman los patrones coevolutivos que se repiten cuando al depredador le resulta demasiado costoso el ataque o la presa ofrece una resistencia efectiva, alterándose su relación. Trasladado al ámbito empresarial y su entorno, un tira y afloja equilibrador de turbulencias económico-políticas, tecnológicas o sociales y morales orientadas, para bien, al provecho común (igualitarias, medioambientales, tolerancia ética…).

  Estas depresiones cíclicas tienen su espejo en los tiempos solunares que refieren la actividad de los seres vivos para prácticas pesqueras y cinegéticas. Los pescadores experimentados (y análogamente los cazadores) aguardan aguas revueltas o corrientes migratorias, cuando no las revolucionan o encaminan las presas hacia las redes con artes como el apaleo o la almadraba. Cabe reseñar la coordinación de los bancos de orcas para el acorralamiento de arenques y su maestría con la aleta caudal para aturdirlos y poder nutrir cómodamente a los componentes de la correría (crías y gaviotas incluidas), en semejanza a la sociabilizada depredación de las manadas de lobos y hienas. Aprovechamiento circunstancial, estrés ventajista y elección de las víctimas según la vulnerabilidad revelada por la conducta cinemática. Selección natural e instinto en base a afecciones, desnutrición, envejecimiento, carácter endémico, nomadismo, etc., como contraposición a transgénesis mendeliana y practicidad religiosa . Distensión ante el armamentismo reforzado por el desarrollo vírico-bacteriológico, las aplicaciones cibernéticas, la vacunación y la identificación digital, sabida la intención estadounidense de incrementar el gasto destinado a seguridad en los miembros de la OTAN un 2% de PIB —con múltiples posibilidades para las remesas dinerarias—. La Détente nuclear o aflojamiento militar frente al recrudecimiento clerical o detente papal («Señor, detén la epidemia con tu mano») que devuelva la gloria a los templos. Pacifismo neutral versus Paz Armada tendente a dos bloques.

  En el contexto de incapacidad asistencial y enrarecido suministro de medios materiales y humanos de la epidemia del momento (pese a la demanda preventiva de los virólogos y los precedentes de VIH, SARS, MERS, Ébola, Zika, Corona, Influenza Aviar, Influenza Porcina, Encefalopatía Espongiforme Bovina…), la actitud de los trabajadores de la salud se antoja heroica. No tanto la de las autoridades de diferentes instituciones del aparato de Estado como las eclesiásticas y castrenses que toman protagonismo estos días tratando de recuperar credibilidad de un plumazo a costa de la gestión político-sanitaria del desarbolado sistema nacional de salud (herencia del disociado reaccionarismo añorante de la dictadura militar). Ni la de las cloacas paraperiodísticas partidarias del «protocolo antihisteria» castizo o antihecatombe chino-bolivariana, más o menos lejana, según convenga al oficialismo. O la de los clanes parapoliciales que sortearan el cordón durante la manifestación del 3 de marzo para quemar petardos en la sede de la soberanía popular, olvidadizos del reglamento y los derechos vecinales. Prestos todos para reclamar la equiparación de aplausos por su nefanda labor agudizadora de la crispación, devenida en criba corporativista y clasista (afín a la consigna de priorizar test y camas para los esenciales frente a los desahuciados) tras la exoneración a las aseguradoras privadas de la cobertura sanitario-gerontológica —o patético abandono de barco— con la declaración pandémica de la OMS por los más de cien mil postivos diagnosticados (y un número de contagios exponencialmente mayor) en 114 países.

  España es diferente. Tras los primeros casos registrados, dimanados del turismo alemán y británico en los archipiélagos canario y balear (31 de enero y 10 de febrero), el desenlace ha sido el liderazgo mundial en porcentaje de fallecidos y en medidas represivas hacia los súbditos. El sector low cost favorecido por todos los dirigentes desde Franco parece no tener bastante con haber desposeído a la economía española de la industria, amenazando ahora determinadas competencias ejecutivas, en especial las de los coaligados a los que se les niega participar de la responsabilidad en el anhelado por el neoliberalismo Estado mínimo (con el derecho a mamar de las ubres nacionales ante la incertidumbre para generar riqueza). Ministerios con margen para guarecer a la patriotera oligarquía que pivota en la inviolabilidad del «primer soldado de España» y que en circunstancias excepcionales sale a la palestra arrogándose un timón nacional unitario. Resulta sintomático el abordamiento de eventos de peso económico como las citas del internacionalizado deporte rey; el Mobile World Congress, suspendido a instancia de la derecha ultra norteamericana cuando un mes después son desplegados por el Pentágono 30.000 soldados en Europa; o la Semana Santa, última suspensión a posteriori del anuncio del estado de alarma —sabedores de que los últimos serán los primeros—. Como también resulta elocuente el protagonismo pretendido para los noveles ministros objetivo de permanentes bulos. Un suma y sigue al manifiesto militar de exaltación franquista, al auto judicial que establecía la jefatura del Estado de Franco ya en 1936 y a la denuncia de politización de la justicia cuando se refieren humillantes sentencias europeas contrarias al Consejo General del Poder Judicial. Órgano que demuestra la incapacidad del sistema político para hacer cumplir la ley en relación a su mandato constitucional, supeditado al Poder Legislativo (por mayoría de tres quintos en sendas cámaras), y sobre el que que recaería la potestad para juzgar las farsas al respecto de los perennes sambenitados.

  La oportunidad para cimentar ciudadanía, república y democracia, depende del discernimiento entre errores estructurales del estado, o coyunturales del gobierno, en quien recae la función ejecutiva consecuente con la consultiva de organismos que predicen comportamientos, como el Centro de Coordinación de Alertas que atañe a las Emergencias Sanitarias, el de Inteligencia, el de Investigaciones Sociológicas, o el Consejo de Estado de inspiración realista francesa. Distinguiendo entre permanente experiencia de sobrevivientes a regímenes; nato asesoramiento como el jurídico de la FGE, el militar del JEMAD, el financiero del gobernador del Banco de España o el erudito de las Reales Academias; y electiva correlación con ministerios y órganos salientes. Mezcolanza entre los consejeros de una realeza que no parlamenta y los caporales del «ahora España» y «un gobierno contigo», que trata infantilmente a la vecindad, a remolque de la agenda dictada por la extrema derecha, pendiente de la opinión mediática embebedora de la expresión social y de las libertades constituyente y de pensamiento, cuya máxima aspiración manifestada es la de un cambio de tendencia dentro del mismo orden, del librecambismo de Friedman al intervencionismo de Keynes, gestionando los procedimientos peperos de suspensión colectiva de contratos apuntalados por los recambios relativos a la monarquía parlamentaria y al régimen bipartidista. El resultado es el desamparo selectivo por exposición a la doctrina del choque, sin tiempo de respuesta y a sabiendas del alza en el gasto militar y consiguiente sustracción de otras partidas. La negación del aislamiento derivada en denegación de asilo y solicitud voluntaria de la línea de crédito Rapid Financing Instrument para «absorción del shock económico», proporcional a la virtual aportación al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) que en el caso de España se corresponde con el 11,8% sin eximir de «comisiones imprescindibles» —la fraternidad europea se perdió por el camino.

  Con ideas preconcebidas y comunicadas por los ministros de finanzas patrios a Lagarde y De Guindos (BCE) para indefensión de los estados-nación. La respuesta económica siempre por delante de la sanitaria. El instrumento de subordinación paneuropea que venían demandando en auxilio de la dictadura económica permanente del Banco Mundial y su mellizo, el FMI (del que procede la jurista que ahora preside el BCE). La situación de emergencia justifica el incumplimiento de la disciplina fiscal del tratado de funcionamiento de la UE y posibilita un incremento en los servicios de compra de deuda del BCE, es decir, un nuevo destrozo de la seguridad social y del estado de bienestar. La crisis del euro «de nunca acabar» —como la denomina Varoufakis— en un sistema desequilibrado desde 2008 que persistirá en la progresiva reducción del gasto social y el círculo vicioso deudocrático. La merma de nóminas y de cotizaciones sociales, junto al aumento de las prestaciones por desempleo (el Estado al cargo de los decrecidos salarios aparejados a los ERTE), son también aplaudidos y considerados por el BCE como la «dirección correcta» para el nuevo «período transitorio» que llega con visos de acomodarse. Nada diferente a la inyección monetaria que ahonda en el enfrentamiento del vecino con el vecino, o a la teoría matemática de las catástrofes y el retardado proceso sociológico de la histéresis, que entraña el riesgo de que aumente el paro de forma irreversible. No les importa el problema, la casuística de los hogares, residencias y entornos sin techo; tampoco las relaciones familiares y educacionales ni la innecesaria angustia de trabajadores esenciales y no esenciales (incongruencia con la dimensión otorgada y la didáctica de los hechos, exceso de confusión y defecto de protección). Les importa, siempre, la solución. Lo demuestra la ira contra quien no se ocupa y preocupa únicamente por la transitoriedad; la sumersión de la mayoría en el distraimiento, independientemente de la percepción de la luna o del dedo, Europa o España, la urgencia climática o la del coronavirus. Nunca fue más inútil la eurozona ni más necesaria la solidaridad entre europeos afines. En este plan, la prima de riesgo que nos compara con el norte, se la pueden quedar.


«Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.»
Mt 6 2