A pesar de constatar con posterioridad que el total de votos a los dos partidos mayoritarios supuso el 51% del total de españoles censados, el 7 de Noviembre de 2011 se celebró el polémico debate únicamente ‘a dos’, que encaró a los líderes de los dos partidos responsables de la gestión política de los últimos treinta años. Era el momento perfecto para que el candidato al que todas las encuestas daban como ganador, Mariano Rajoy Brey, profundizara en las medidas a adoptar tras llegar al gobierno. Sin embargo, y probablemente por saberse ganador, se limitó a decir en aquella ocasión: «en primer lugar un cambio político, en segundo lugar un gobierno competente con ministros que sepan de lo que hablan, en tercer lugar decir la verdad y no engañar a la gente, y en cuarto lugar tener un plan.».
En cuanto al cambio político, resulta evidente que no ha sido tal, y que el único cambio pretendido es que el ciudadano se haga cargo, a través de impuestos y de ceder derechos y prestaciones, de una deuda que tiene su origen en un rescate piramidal, en el que unos activos tóxicos (hipotecas subprime ) han ido trasfiriéndose como patata caliente hasta endosarlos a la base de la pirámide. El plan del que hablaba Rajoy: la conducción de esa deuda, a través de artimañas legales, a golpe de decreto-ley, hacia la cuenta corriente del ciudadano de pie, sin ningún perjuicio para otros ciudadanos de primer orden implicados de lleno en dicha estafa.
En lo que se refiere a decir la verdad y no engañar a la gente, la ‘lógica aplastante’ de los argumentos de los responsables de las carteras, habla por sí sola:
– Para que la sanidad siga siendo gratuita, se desglosa en tres modalidades poniendo precio a determinados servicios. Para que continúe siendo universal, se expulsa de ella a determinados colectivos (además de a los inmigrantes pobres, a los que renuncien a la búsqueda ocupacional por las vías institucionales).
– Para salvaguardar los derechos de los trabajadores, se dinamitan los acuerdos laborales. Para proteger a los colectivos más vulnerables, se penaliza a jubilados y enfermos.
– En pos de la igualdad de oportunidades educativas, las tasas universitarias tocan el cielo. Para que la educación continúe siendo pública, se estimula su privatización.
– Para mantener el orden público se endurecen las penas a manifestantes al tiempo que se amnistía a delicuentes poderosos. Adicionalmente se ofrecen escapatorias fiscales abriendo aún más las puertas a los defraudadores patológicos.
– Para mantener la soberanía, se anteponen las necesidades de mercados extranjeros obedeciendo sin rechistar.
Como ejemplo de lo que Mariano Rajoy entiende por gobierno competente con ministros que sepan de lo que hablan, aquí dejo un video sobre la Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, que recoge su repertorio ante la prensa -haciendo gala de sus aptitudes-, para explicar las medidas que ha hecho públicas su ministerio y que sólo responden a intereses recaudatorios. El que no tenga claro a estas alturas que estas medidas vienen dictadas por el Ministerio de Hacienda -y que en el de sanidad se ha ‘colocado’ a un títere-, que reflexione sobre si las medidas han podido salir de la cabeza de esta ministra. Digo yo que si hubiera sido así, al menos las recordaría.