Balanza social

equidad
Del lat. aequĭtas, -ātis.
f. Justicia natural, por oposición a la letra de la ley positiva.

¿Por qué conformarnos con un Ministerio de Igualdad pudiendo presentar enmienda a la totalidad con una REPÚBLICA IGUALITARIA? ¿Lleva bien puesta la venda la diosa Themis de la justicia? ¿Estimamos la ley natural? ¿Sobrecocina el derecho la mano del hombre? Vamos a ello. ¿Por qué un Ministerio de Igualdad? Hay desigualdad, discriminación. ¿Dónde? Por supuesto no en las instituciones, no necesitarían tal ministerio público, todos se presuponen igualitarios. Por tanto ubican la desigualdad en la sociedad, a la que gobiernan desde hace tiempo. Si en las instituciones primara la igualdad, dicho ministerio tendría dominio sobre el resto de competencias, sería verdaderamente «transversal», lo que choca frontalmente con los intereses de la desequilibrada balanza neoliberal. Por tanto, es un ministerio de igualdad relativa. Su transversalidad es puramente electoral. El ministerio es un escaparate, propaganda de la tradicional competencia entre partidos yendo más allá en lo social (p. ej. autodeterminación del género) o, alternativamente, en lo económico (p. ej. normalización socio-prostibularia).

  Es decir, la sociedad civil es la culpable, y el ministerio está enfocado a la no discriminación y a la no violencia, no tanto para la prevención como para la intervención a posteriori, dada la propensión al punitivismo (demostrado ineficiente). Dirigido a educar y concienciar. La culpabilizada sociedad es educada y concienciada (y en su caso castigada) desde hace décadas. Sin embargo no hay avances significativos en discriminación y violencia. ¿Por qué? ¿Es inherente a las personas (y por ende la igualdad una quimera) o ALGO está favoreciendo el abuso? Como educación y concienciación vienen de las instituciones estatales, no podemos esperar que estén equivocadas (y con ejecutivos alternantes no cambia el panorama). ¿Dónde nace entonces la discriminación? ¿Es consustancial a la sociedad? ¿Castigo positivo y fin de la historia? ¿Acaso no percibimos la desigualdad en la religión y en la propia monarquía que representan, además del parentesco divino y el patriarcado, unos intereses económicos concretos? Reparto desigual de la riqueza que deriva en necesitados y beneficencia, en limosnas y rentas básicas (o rescate anticipado de los democristianos europeos a los oligopolios energético, financiero, inmobiliario…, concebido con anterioridad a la aparición pandémica).

  Creado en 2008, el ministerio fue enmarcado al final del mandato de ZP dentro de Sanidad y «Política Social». La 1ª vez que aparece el término POLÍTICA (doctrina, opinión) en una cartera, al tiempo que la «Política Territorial» en el ministerio de Administración Pública (2009). Político es tb. el interviniente en el gobierno y negocios del Estado, cuyas cuestiones de peso vienen siendo resueltas en los tribunales por magistrados que comparten la finalidad de quienes los eligen. Poderes que debieran ser funciones y estar separadas. «Política social» que se aleja de sus fundamentos, los derechos laborales (competencia hoy de tres partes, ejecutivo y «agentes sociales», sindicatos y patronales subvencionados), para adentrarse en derechos sociales propios de constituciones y de tratados internacionales. Derechos sociales que por criterios electoralistas y clientelistas entran en conflicto con la libertad individual (p. ej. negando la efectiva emancipación de la mujer) para derivar indefectiblemente en derechos económicos y de consumo (p. ej. proxenetismo o gestación subrogada). En este punto quisiera reparar en la similitud entre el alquiler de vientres y el alquiler de hábitats para virus y otros productos comerciales practicado con descastados y desahuciados del tercer mundo (también globalizado, no necesariamente en los países menos desarrollados). La ley no sólo no lo impide sino que posibilita el sometimiento a control sanitario y vacuna de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) SIN el DERECHO ecuánime de evaluar los riesgos [medioambientales] que abarcan al género humano. Precedencia de la ciencia sobre la naturaleza.

  Todo es susceptible de ser vendido. Y ante la necesidad económica, de ser malvendido. Además, la verdadera riqueza es el tiempo de vida (no me refiero a la longevidad) y no el dinero, que para las clases populares es tiempo conquistado mientras para la élite es tiempo heredado. Tanto proletarius (o pobres) como quienes disponen del capital pretenden su dictadura temporal, unos aspirantes y otros campeones. Pero ninguna generación debiera embargar el futuro de las venideras, ni en cuanto a ecología ni en cuanto a política o moral, aportadas desde la sociedad. Al menos si se procura un poder constituido emanado del pueblo tras un proceso de libertad constituyente, si se anhela una forma de Estado y proyecto de nación que reconozca la función pública al servicio de la sociedad y al mismo tiempo la realidad histórica (y no la mitología). ¿Se deben implantar ideologías en las instituciones, doctrinas (tb. económicas) que no son rigurosamente objetivas o científicas? ¿Rechazar credos es fobia o intolerancia? ¿Imponerlos al resto es afecto o tolerancia? ¿No sería labor de la ética? ¿Puede suplirla la religión? ¿A qué objeto sirven los diferentes ministerios estancos «de igualdad», «de integración», «de asuntos sociales», «de la familia», «de la mujer», incluso «de la promoción femenina» o «de la condición de la mujer»? ¿«Especialistas» sociales? ¿Permanentemente?

  ¿A qué parte salvaguarda el Defensor del Pueblo? ¿Para quién auditan los Tribunales de Cuentas? ¿A qué obedecen las Comisiones Nacionales y Regionales? ¿Qué preocupaciones traslada el CIS? ¿No manejan estudios internos como Suárez? ¿Por qué son nombramientos indirectos del poder? Ministerio de Igualdad y Defensor del Pueblo se fundan en la desigualdad. Los Tribunales no auditan las cuentas de los partidos, sino sus fines. Las Comisiones territoriales no regulan el mercado, es al revés. Y al CIS le preocupa lo que no dice o deforma, p. ej. el MONARQUISMO. El patriarcado lo pueden conformar mujeres, para el poder establecido no es problema la paridad de sexos (balanceada ahora por el «género»). Tampoco estorba la tecnocracia mientras se reproduzcan los nombramientos de forma piramidal a partir de la elección general del poder. Dicen los lobbies que las protestas por la «externalización» de servicios son de carácter «político y sindical» y no sanitario, educativo, espiritual, hipotecario, energético… Por eso compran partidos y sindicatos, y por eso la sociedad civil no puede dejar de ser política. Para una equidad transversal, ciudadanía de derechas y de izquierdas deben confluir al margen de los partidos. La cuestión de Estado en las oligarquías es impedirlo. La justicia natural se regula sola, plasmada en la ley positiva. Pero nuestra conciencia NO ES EL MERCADO, amigos.