Molesto por no recibir la información completa de los resultados en las elecciones gallegas y vascas (del 21 de Octubre de 2012) por parte de las cadenas de televisión de este país, decidí «salir» a buscarla -no sin esfuerzo- a la red de redes. Y es que hay un dato que se antoja imprescindible a la hora de analizar unos resultados electorales, del que se debe partir si pretendemos evaluar la democracia, y que es el total de los censados en el momento de celebrarse los comicios. Es decir, el total de las personas que durante unas horas tienen el poder político en sus manos. En el caso de Galicia, hemos podido comprobar además una manipulación estadística, consistente en no contabilizar como parte del censo a los residentes en el extranjero (los datos publicados por INE, Xunta de Galicia y Parlamento Gallego han sido contradictorios, entendemos que mezclándose datos provisionales y definitivos en relación con el voto de los residentes en el extranjero).
No mencionar ni tener en cuenta este dato supone obviar el porcentaje real de apoyo a los partidos más votados y su comparación frente al porcentaje de personas que se ha abstenido y que —curiosamente— ha ganado de calle las elecciones gallegas y vascas, con porcentajes del 44,48% y del 36,26% respectivamente (sin contar votos en blanco, votos nulos ni votos al partido «Escaños en blanco»). Y debemos entender la abstención no como un ‘no-voto’ porque se ha olvidado la fecha de los comicios o porque ‘se pasa’ de votar, sino como un voto a nadie con el que se manifiesta el malestar o desinterés hacia la clase política, aunque cuesta trabajo creer que algún día escuchemos autocríticas en este sentido. Con un sencillo análisis, podréis comprobar como para tratar de situar por encima de la abstención a las fuerzas políticas más votadas se hace el cálculo en función de los llamados «votos válidos» maquillando de esta manera un respaldo del 24,25% del censo hasta el 45,72% del total de votos válidos en el caso de Galicia, y de un 21,60% hasta el 34,17% en el caso de Euskadi. ¡Como si la opinión de las personas que votan a nadie, no contara! ¡Como si éstos no fueran ciudadanos!
Para aportar más datos de los que no se suelen mencionar —o se dicen con la boca pequeña—, y para que cobre sentido el título de esta entrada, en el caso de Galicia, un total de 135.493 gallegos menos votaron al PP (el 17,16% de los votantes en las pasadas elecciones del 1 de Marzo de 2009). Unos datos que, sin embargo, a los ojos de los medios de comunicación de masas, son vistos como «un claro respaldo» al Partido Popular, incluso al gobierno central de Mariano Rajoy. Aplicando el mismo razonamiento en el caso de Euskadi, podríamos concluir con mayor motivo que el 37,20% de apoyo del censo a PNV + EH-Bildu (traducido en el 58,85% de los votos válidos y el 64% de los escaños del parlamento vasco), constituye un aval absoluto de la población vasca al independentismo.
Con todo esto expuesto (sabiendo que 24 de cada 100 gallegos censados apoyaron al PP, menos de la cuarta parte) vuelvo a formular la pregunta con la que inicié este texto. ¿Arrasó Núñez Feijóo en las elecciones gallegas? ¿Dieron los gallegos luz verde a más recortes del Partido Popular? Adjunto imágenes de las portadas de los principales periódicos de este país para invitar a la reflexión.