Con república eliges al Jefe de Estado y con democracia dispones separación de poderes, votas al representante de tu circunscripción uninominal y desamarras del aparato de Estado a partidos, sindicatos, iglesias, escuelas, medios de persuasión y resto de instituciones ideológicas.
Con república eliges que los poderes estatales emanen del pueblo y rechazas la partitocracia, la dedocracia y el clientelismo presentes en diputaciones, juntas, cabildos y consejos provinciales. Soberanía popular frente a ejercicio de poder meramente económico.
Con república eliges que el Estado te deje de tratar como súbdit@ para ser tratad@ como ciudadan@ mayor de edad. Armas a l@s menores en las escuelas con enseñaza para ser autónom@s y no autómatas. Corriges la censura de la realidad y combates la catequesis del Star-System.
Con república eliges la coeducación (sin segregación por sexo), el aprendizaje motriz integral, la potenciación de capacidades y una ratio no intensiva, valorando la experiencia profesional, dejando el pin parental y la educación cerebral dogmática para el horario extraescolar.
Con república eliges prevención y salud frente a curas y medicalización de las dolencias sociales con ansiolíticos y antidepresivos. Blindas el sistema público de salud derogando las leyes del bipartito que habilitan los conciertos con fondos buitre para ‘modernizar’ el sector.
Con república eliges bien común, soberanía alimentaria, biodiversidad y vida en la España rural vaciada, donde apenas se prestan ya servicios espirituales y recreativos. El 87% del terreno español es terreno de caza, la mayor parte cotos privados, subvencionados y en alza.
Con república eliges equiparación de los sectores económicos y de los territorios, fomento de sociedades cooperativas y reducción de ‘mermas’ en el proceso distributivo del campo/mar a la mesa. Producción supeditada al consumo y herramienta económica al servicio de la sociedad.
Con república eliges el desarrollo de las ventajas competitivas en cuanto a energías renovables, sin margen al beneficio intermediario por sobreproducción, sobreenvasado y sobretransporte que encamina la capacidad adquisitiva (subsidios incluidos) hacia la oferta de los mercados.
Con república eliges asumir deberes en la misma medida que libertades. Compromiso consecuente con el valor añadido que proyecta el consumo de bienes y servicios respetuosos con TODOS los derechos humanos y del planeta y con el aporte a la seguridad social y a la riqueza común.
Con república eliges igualdad en todas sus formas, suprimiendo todos los techos y embudos discriminatorios. Con instituciones apolíticas dentro de un estado laico, promueves la tolerancia y las libertades de credo, sexual, de opinión, de pensamiento o por condición de nacimiento.
Con república eliges justicia sin trabas para unos (listones insalvables para la mayoría como el estancado IPREM) y escapatorias para otros (con duplicidades interesadas como las concernientes a Audiencia Nacional, Constitucional y Supremo, junto a una universalidad desnatada).
Con república eliges no pagar la deuda execrable generada por la oligarquía de partidos paneuropea y la dictadura económica transnacional. ¿Cómo? Auditando y descartando la parte correspondiente a comisiones, intereses y adquisición forzosa de bienes y servicios ilegítimos.
Con república eliges la política exterior, el tejido productivo y el papel de la Universidad, la Ciencia y la Cultura, sin comisionistas ni tecnócratas al servicio de intereses particulares. Mancomunidad de territorios y acuerdos internacionales en busca del interés general.
Con república eliges una península unida no con ataduras, sino por entendimiento, asunción de sinergia, convivencia pacífica, fluidez económica hasta las instancias municipales, prevención de desfalcos y garantía de que reviertan en su manantial los caudales impositivos.
Con república eliges, mientras que con el anacronismo de la Realeza, divina majestad descendiente del Altísimo que ostentaba antes del constitucionalismo el Sumo Sacerdocio junto al Mando Supremo de todos los ejércitos, desarrollas las tragaderas y una ‘cintura política’ de 180º.